9 de abril de 2008

¿Algunos o Todos?


Gracias a la siempre positiva colaboración de Verbitsky a través de sus publicaciones dominicales en Pagina/12 pude enterarme que Ignacio Copani había sacado un nuevo tema, en esta ocasión referido a los cacerolazos super espontaneos de semanas atrás.

No voy a negar que el tema causó en mi cierta simpatía, sintiendome identificado con el pensamiento expuesto por Copani. De todos modos -y esto es algo que siempre ronda mi mente-, creo firmemente que el carácter de "egoistas" que Copani le otorga a los caceroleros porteños de barrio norte es extensible al 95% de la población argentina. Ya sea por temor, apatía, individualismo, falta de compromiso o lo que fuera, el argentino es egoista ante situaciones de conflictividad política, social o económica.

¿Acaso fueron los "paquetones" de barrio norte los únicos que no salieron a expresarse cuando los argentinos desaparecían en las calles, cuando la Argentina era vendida para pagar deuda, cuando les quitaron el 13,5% a los jubilados, cuando...?

Para el que no había leído el tema, va a continuación:

No te oí... En los días del silencio atronador.
No te oí junto a las madres del dolor,
no sonaste ni de lejos, por loschicos,
por los viejos olvidados.

No te oí... Puede ser que ya no estoy oyendo bien,
pero al borde de las rutas de Neuquén,
no te oí mientras mataban por la espalda a mi maestro.
Y entre nuestros cantos desaparecidos
yo jamás oí el sonido de tu tapa resistente,
que resiste comprender que hay tanta gente
que en sus pobres recipientes sólo guarda una ilusión.

Cacerola de teflón, volvé al estante,
que la calle es de las ollas militantes,
con valiente aroma de olla popular.

Cacerola de teflón, a los bazares
o a sonar con los tambores militares
como tantas veces te escuché sonar.

No te oí... cuando el ruido de las fábricas paró,
cuando abril su mar de lágrimas llenó.
No te oí con los parientes del diciembre adolescente, asfixiado.

No te oí. Puede ser que mis oídos oigan mal,
pero no esuché en la exposición rural,
reclamar por el jornal de los peones yerbateros,
por la rentabilidad de los obreros,
por el tiempo venidero, porque venga para todos.

No te oí ni te oiré porque no hay modo
de juntar tu avaro codo con mi abierto corazón.
Cacerola de teflón, volvé al estante
de los muebles de las casas elegantes
que las cocineras te van a extrañar.

Cacerola de teflón, a los bazares

o a sonar en los conciertos liberales
como tantas veces te escuché sonar.

No te oí en el puente de Kosteki y Santillán
No te oí por el ingenio en Tucumán.
No te oí en los desalojos ni en los barrios inundados de este lado.

No te oí, en la esquina de Rosario que estalló
Cuando el ángel de la bici se calló
y sus ángeles pequeños se quedaron sin comida.

Y jamás te oí en la vida repicar desde acá abajo
por un joven sin trabajo, a la deriva.
Debe ser que desde arriba,
desde los pisos más altos
no se ve nunca el espanto y las heridas.

Cacerola de teflón, volvé al estante.
Yo me quedo en una marcha de estudiantes
donde vos nunca supiste resonar.

Cacerola de teflón, a los bazar
eso a llenarte de los más ricos manjares
que en la calle no se suelen encontrar.

Cacerola de teflón, andá a c... ocinar.

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